CARTA PUBLICADA EN LA NUEVA ESPAÑA. 12-01-2000

Señor Director:

Como investigador y como asturiano, he leído con preocupación y estupor las noticias publicadas por su periódico relativas a los posibles incidentes asociados a la oposición para cubrir una cátedra de Ciencias de la Educación en la Universidad de Oviedo.

Recientemente se ha desarrollado en los medios de comunicación españoles un gran interés por la problemática situación de la investigación en España, tanto desde el punto de vista de la baja financiación como del desinterés institucional y la pésima gestión de los recursos--singularmente representada en los procesos de selección de personal investigador y docente en las distintas universidades españolas. Las situaciones carpetovetónicas que se han dado a conocer en los medios (preferencia de las universidades por pésimos candidatos locales en detrimento de excelentes profesionales venidos de otros lugares, enloquecedores baremos en los que se puntúan preferentemente los estudios publicados en la revista de la Universidad que los años de experiencia en centros de prestigio internacional, anuncios de convocatorias de plazas durante los meses de verano con plazos hábiles de presentación de imposible cumplimiento para quien no viva en la ciudad se dede la Universidad convocante,...) pueden ser novedosos o incluso increíbles para los lectores, pero son por desgracia el pan nuestro de cada día al que nos enfrentamos los que hemos elegido completar nuestra experiencia como investigadores a través de la movilidad y la colaboración con grupos de otros países.

Lo que hace que los hechos denunciados en la Universidad de Oviedo por su periódico sean particularmente graves no es la sospecha de que un tribunal que debe juzgar una plaza de catedrático de universidad pueda no ser imparcial--desgraciadamente tal cosa sucede en multitud de casos. Tampoco loes el que el perfil asignado a la plaza pueda haber sido cuidadosamente elegido para proteger los intereses de un candidato local-independientemente de que la denuncia del intento de cambio de perfil se demuestre fundada o no.

Lo que de demostrarse cierto será verdaderamente grave, desde mi punto de vista personal, es el hecho de que los responsables de tales fechorías puedan verse a sí mismos suficientemente instalados en la impunidad como para llegara amenazar directamente a uno de los opositores, en el temor de que éste, de presentarse, pudiera "robar" la plaza al candidato local o, al menos, obligar al tribunal a realizar auténticos ejercicios de desvergüenza para poder descalificarle como "inferior" al candidato de la casa.

Las explicaciones presentadas por el Sr Rector en su diario son, me temo, poco clarificadoras. La Universidad de Oviedo, como organismo centenario, representativo de Asturias, y financiado con fondos públicos, no solo debe ser totalmente imparcial sino también parecerlo, como la princesa del cuento. Declarar que "no se ha detectado ninguna irregularidad y por tanto no hay ninguna anomalía" sin detallar las investigaciones que se han hecho para detectarlas en su caso sabe a poco. Afirmar que no se ha recibido ninguna denuncia expresa en relación al concurso para acto seguido decir que "sólo se recibió un escrito con afirmaciones genéricas al que aún no se ha cursado respuesta" es casi contradictorio, cuando tal escrito fue precisamente enviado al Sr Rector por la persona que ha denunciado estas irregularidades y en él eran detalladas. Por fin, declarar que "nadie, absolutamente nadie, se pudo dirigir en nombre de la Universidad al profesor Guillem Bou Bauzá" me tranquiliza sólo en la medida que me asegura que, al menos, tales presiones(de existir) no forman parte de la política oficial de la Universidad de Oviedo.

Tiene toda la razón el Sr Rector cuando dice que "las declaraciones del Sr Bou Bauzá crean un clima de malestar y de tensión en vísperas de la prueba". Es el deber ineludible de la Universidad de Oviedo, y del Sr Rector en cuanto su representante y responsable de su política, el asegurarse de que esta situación se clarifique inmediatamente, y los responsables, en su caso, paguen por sus acciones con todas sus consecuencias. He tenido la ocasión de mantener un intercambio a través del correo electrónico con el Sr Bou Bauzá que me asegura que conserva en su poder pruebas que demuestran que al menos algunas de sus acusaciones son ciertas. En caso de que la realidad de estas acusaciones pueda ser probada, la responsabilidad recaerá sobre personal de la Universidad de Oviedo.

Humildemente me permito señalar al Sr Rector que, lejos de caer en posiciones numantinas de defensa a ultranza de los suyos, efectúe las necesarias investigaciones para evitar, en ese caso, que la cascada de responsabilidades pueda llegar hasta su persona.

Sin más que desear que este episodio se resuelva con justicia, le saluda atentamente

Alberto Fernández Soto (DNI 09398517G)

Doctor en Ciencias Fisicas

Marie Curie Fellow

Osservatorio Astronomico di Brera-Milán