Respuesta de la Asociación para el Avance de la Ciencia y la Tecnología en España (AACTE) publicada en El País, 03/05/2007

(La AACTE agrupa a más de un centenar de investigadores, doctores en su mayoría, preocupados por el sistema de investigación superior. En particular, envía observadores imparciales a concursos de profesorado si es solicitada por uno de los interesados).

Hechos, frente a elogios 

Luis Enrique Santamaría Galdón, Presidente de AACTE 

Sorprende que dos responsables de una resolución tan injusta que ha debido ser anulada por el TSJ de Cataluña escriban un artículo (Elogio de la imparcialidad y de la transparencia, EL PAÍS 16-4-07) poniendo en duda la sentencia y la jurisprudencia precedente. En dicha resolución, la comisión evaluadora del concurso anulado incluía colaboradores cercanos de uno de los candidatos y resolvió a favor de éste, que tenía méritos inferiores al demandante. Además, la comisión negó al candidato recurrente su derecho al registro en vídeo del concurso, por lo que fue determinante la presencia de un observador externo enviado por la AACTE, que documentó los hechos de modo admitido como prueba por ambas partes.

Cabría esperar que presidente y secretario de dicha comisión guardaran, al menos, un decoroso silencio. Tanto la jurisprudencia reciente como la normativa de organismos como el CSIC aceptan que existe un evidente conflicto de intereses en la presencia de colegas próximos a los candidatos en los Comités de evaluación, incluyendo explícitamente el caso del director de tesis doctoral. Y es tendencioso que los firmantes cuestionen ahora la credibilidad del observador. La AACTE centra su actividad en la mejora del sistema de I+D en España, para la que resulta fundamental acabar con la endogamia y asegurar el reparto de los fondos conforme a méritos. Entre nuestras muchas actividades, tratamos de mantener un considerable esfuerzo de vigilancia en concursos públicos, incluido el envío de observadores a oposiciones cuando los candidatos lo solicitan. La mayoría de los observadores han certificado la impecable imparcialidad de los procesos, ya que su presencia (siempre advertida a la comisión) contribuye a que los tribunales se esmeren en el cumplimiento de su deber. Lamentamos sinceramente que, en este caso, no haya sido suficiente.