• EXPEDIENTE: ¿Chantaje y abuso de poder?
  • CENTRO: Universidad de Cádiz
  • ASUNTO: Profesora contra catedrática
  • ESTADO: SIN NOTICIAS
  • SOLUCION:  (No tenemos noticias de la evolución de este expediente)

Resumen

La Plataforma recoge esta noticia que nos ha llegado sobre un caso de denuncias penales cruzadas en la Universidad de Cádiz. Inquietante por completo es el contenido, a juzgar por lo que recoge la noticia. La Plataforma agradecerá a cualquier persona que pueda suministrar información fiable, a falta de hacerlo una universidad que ante todo, según la noticia, "busca la discreción".

Exposición

Diario de Cádiz, viernes, 31 de octubre de 2003

Profesora versus catedrática

Una ex docente de Medicina pide dos años de prisión para su ex jefa. La acusa de amenazarla con denunciar que manipuló un examen si se presentaba a una oposición. La procesada lo niega

CÁDIZ. La catedrática Carmen Estrada negó ayer que hubiese amenazado a la profesora Pilar Rodríguez, ambas de la Facultad de Medicina, con intención de evitar que ésta se presentase a la oposición para una plaza que aprobó otro profesor. Sostiene Rodríguez que Estrada le dijo que si acudía a la oposición, denunciaría que meses antes había manipulado el examen de un alumno para aprobarlo. Y que así lo hizo. Estrada dio ayer en el juicio otra versión de esos hechos que la han llevado al banquillo del Juzgado de lo Penal número 4: se sienta allí como procesada por un delito de coacción y amenazas porque la profesora denunciante, que ejerce la acusación particular, pide para ella dos años de cárcel y que la indemnice con 15.000 euros. La fiscal, en cambio, no ve delito alguno y reclama la absolución. Como la defensa.

La vista oral, que continuará hoy, aborda hechos ocurridos en 1998 a raíz de la convocatoria de una plaza docente: titular de escuela universitaria. Pilar Rodríguez, profesora asociada del Área de Fisiología y que sumaba nueve años de docencia en la UCA, acudió a la convocatoria. Y también otros dos profesores de su área.

Rodríguez afirma que a partir de ese momento, la responsable del Área de Fisiología, Carmen Estrada, entonces profesora titular y hoy catedrática, comenzó a acosarla y a pedirle que renunciase a presentarse al concurso oposición. Que Estrada pretendía así favorecer a uno de los otros dos profesores: un discípulo becario. Y que no dudó, para conseguirlo, en lanzarle una amenaza directa: que si no renunciaba a presentarse a la plaza, denunciaría que había manipulado un examen de la convocatoria de febrero de 1998, lo que provocaría la apertura de un expediente académico y el final de su carrera universitaria.

La ex profesora Rodríguez llegó a presentar un escrito en el Rectorado en el que renunciaba a la plaza. Y continuó como profesora asociada en Medicina. Pero después, en noviembre de 1998, optó por presentarse a la oposición, que ganó el otro candidato. Y pocos días después, la catedrática Carmen Estrada presentó un escrito en el Rectorado en el que denunciaba que Pilar Rodríguez había cometido meses atrás una irregularidad con un examen.

Tras la oposición, Rodríguez dejó de ser profesora y entabló un contencioso en el que cuestiona el resultado de la oposición ganada por su antiguo compañero de área y reclama la plaza para ella. Al tiempo, un juzgado abrió diligencias por el asunto del examen manipulado. Y ella presentó la denuncia por amenazas que ha llevado al banquillo a Estrada.

La catedrática contó ayer ante el juez su versión sobre lo ocurrido. Y vino a relatar que la plaza fue convocada precisamente para Pilar Rodríguez: que el Área de Fisiología así lo había decidido porque le tocaba a ella. Y que si acudieron a la convocatoria otros dos profesores del área (el que luego obtuvo la plaza y otro no llegó al examen) fue en realidad por una estratagema habitual: para ahuyentar a candidatos procedentes de otras universidades. Que ninguno de ellos pensaba presentarse cuando llegase la hora de la oposición, en la que estaría sola Pilar Rodríguez.

Ése era el plan, contó Estrada. Un plan que se estropeó, dijo, cuando a principios de 1998 el área descubrió que alguien había manipulado el examen de un alumno y luego Rodríguez admitió, llorando, que lo había hecho ella. La catedrática explicó que fue a comunicar lo que había ocurrido al Rectorado, que se lo dijo a Ramón Cózar, entonces responsable del secretariado del Profesorado, y que después Rodríguez misma, arrepentida, reconoció ante Cózar la irregularidad, que incluso planteó irse de la UCA y que Cózar le dijo que no lo hiciese y que había que afrontar el asunto con tranquilidad.

La alteración del examen fue solventada y el alumno que se había visto con una nota estupenda recibió un suspenso. Estrada comentó ayer que le había sorprendido lo burda que había sido la manipulación del examen, que le preguntó a Rodríguez por qué lo había hecho y que la profesora le respondió que no se lo había pedido nadie, que lo había hecho porque se llevaba mal con un profesor del área.

Días después, según el relato de la catedrática, Rodríguez le dijo que renunciaba a presentarse a la plaza, lo que a ella le pareció correcto porque consideraba que una docente que había cometido una irregularidad tan grave no debía acceder a una plaza de funcionaria. Y más adelante, explicó, ella mantuvo una reunión con Cózar y el decano de Medicina, José Vílches, abordaron el asunto del examen, ella planteó abrir una investigación y ellos le pidieron que no lo denunciase por escrito y dijeron que lo mejor era dejar pasar el tiempo, silenciarlo: discreción en la UCA.

Luego llegó la oposición. Para que la plaza no se quedase vacante, el área propuso que se presentase el profesor que luego la aprobó, contó Estrada. Después, sorpresivamente, apareció en la oposición Pilar Rodríguez.

Como Rodríguez no sacó la plaza, agregó, empezaron los rumores en la UCA. Que Estrada se la había jugado y había apoyado a su discípulo. Entonces, para acallar esos comentarios, el área comenzó a contar lo del examen. Y ella, aseguró, asesorada por un familiar abogado, presentó la denuncia escrita en el Rectorado para que no se la considerase cómplice de la manipulación que, insistió, había hecho Pilar Rodríguez.

El cateado hijo del decano y un escrito ante notario

La catedrática presentó su denuncia escrita sobre las irregularidades con el examen en noviembre de 1998: ocho meses después de que hubiese sido detectado ese problema. Previamente, la profesora a quien Estrada atribuye la manipulación, acudió a un notario. Fue en abril de 1998, según relata el escrito de acusación: en esa fecha hizo una declaración en la que decía que iba a presentar su renuncia a la plaza debido a presiones y amenazas: que le habían imputado una irregularidad en la corrección de un examen y que si no renunciaba, le abrirían expediente.

De eso hablará hoy en el juicio Pilar Rodríguez, que comparecerá como testigo. Ayer lo hizo Ramón Cózar, quien aseguró que Rodríguez había admitido ante él que manipuló el examen y también dijo que consideraba que cuando Estrada le contó esa irregularidad, él entendió que la denuncia estaba formulada, aunque le recomendó que la presentara por escrito. ¿Le dio curso? Como lo importante era rectificar la nota en el examen y eso se hizo, el asunto quedó aplazado para cuando se considerase oportuno, vino a explicar.

Vílches también habló de aplazamiento y de denuncia oral. Y estimó "exagerado" lo que estaba pasando.

Un profesor de Medicina, testigo, contó que Pilar Rodríguez admitió ante él que manipuló el examen.

El marido de la profesora declaró que ella en ningún momento había dicho que modificó el examen.

¿De quién era el tan citado examen? Era de un hijo del decano de Medicina que precedió en ese cargo a Vílches.

El alumno era repetidor en febrero de 1998. Y el siguiente curso ya aprobó, contaron ayer en el juicio.

 

Documentos de interés

Conclusión y comentarios

Dossier de prensa

Temas relacionados

Solicitudes